Ya me escayolaron el corazón una vez
y no tardaste en venir,
presurosa
a escribir tu nombre
en cursiva
en mi escayola…
Después llovió toda la tarde.
Supe reir recordando
cuando tuve el alma en cabestrillo
y lo aparatoso de mi tropiezo..
Necesario fue pero inevitable
alejarme de tus cuidados paliativos.
Sólo querías tenerme en cama.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario